martes, 17 de marzo de 2015

ACTUALIDAD SOBRE EL CANCER INFANTIL (Transformadas células cancerosas en inocentes glóbulos blancos)


Artículo encontrado en internet sobre el cáncer infantil


Transformadas células cancerosas en inocentes glóbulos blancos (El País. 17/03/2015)


En el mundo visible, el equivalente sería transformar de golpe y porrazo a los bárbaros asesinos del Estado Islámico en trabajadores sanitarios de Médicos Sin Fronteras. En el mundo invisible para el ojo desnudo, lo que ha hecho un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford (EE UU) es transformar células de un cáncer de la sangre en inofensivos glóbulos blancos, las defensas de nuestro organismo.

El avance se ha conseguido casi por casualidad. Los científicos habían aislado en el laboratorio células cancerosas de un paciente con leucemia linfoblástica de células B precursoras, un tipo de leucemia agresiva que provoca una multiplicación de glóbulos blancos inmaduros, y por lo tanto inútiles, en la médula ósea del interior de los huesos y en la sangre. Como si se tratara de una piscina de pirañas en un zoológico, los investigadores, dirigidos por el médico Ravi Majeti, lanzaban a las células cancerosas todo tipo de nutrientes para intentar mantenerlas con vida y poder estudiarlas. Hasta que uno de sus jóvenes investigadores, Scott McClellan, se percató de que las células dañinas se estaban convirtiendo en inofensivos macrófagos, unas células defensivas capaces de engullir y hacer desaparecer microbios nocivos e incluso células cancerosas.

Una vez identificada la causa de la metamorfosis —un cóctel de proteínas que se pegan a determinadas secuencias de ADN—, los científicos observaron que las nuevas células, pese a conservar algunas características de sus padres cancerosos, no eran capaces de desencadenar la enfermedad en ratones modificados genéticamente para no tener defensas. Para los autores, reprogramar las células tumorales para convertirlas en glóbulos blancos “puede representar una nueva estrategia terapéutica”, según publican hoy en la revista científica PNAS.

En realidad, como admite el equipo de Stanford, el método no es completamente nuevo, sino que se apoya en estudios publicados desde 2004 por el investigador Thomas Graf, primero en la Escuela de Medicina Albert Einstein de Nueva York (EE UU) y en los últimos años en el Centro de Regulación Genómica de Barcelona.

Graf, según explica él mismo a Materia, no ha estudiado células cancerosas tomadas directamente de pacientes, sino líneas celulares, cultivos de células multiplicadas una y otra vez en laboratorio a partir de una muestra original. Son células como las HeLa, extraídas hace más de 60 años de Henrietta Lacks, una trabajadora de los campos de tabaco que murió a los 31 años en Maryland (EE UU) por un cáncer de útero. Los científicos mantienen vivas estas células y las multiplican para poder estudiarlas y, en el caso de las de Henrietta Lacks, identificar la causa del cáncer de cuello de útero.

Por teléfono desde Barcelona, Graf celebra una de las novedades del estudio de Stanford: el descubrimiento de que la metamorfosis de las células cancerosas a glóbulos blancos ocurre también de manera espontánea, aunque en escaso porcentaje. El fenómeno, a juicio de Graf, “hace más probable esta vía terapéutica”.

“Lo ideal ahora sería encontrar una sustancia química que acelere esta transformación que ya ocurre espontáneamente”, explica el investigador. Su institución, el Centro de Regulación Genómica de Barcelona, llegó a patentar el método, pero dejó de pagar la patente después de un año sin éxito en su búsqueda de un fármaco que lograse esos efectos, detalla Graf. “Probamos 6.000 compuestos y no encontramos nada lo suficientemente potente”. Ahora son los investigadores de Stanford los que buscan esa sustancia química.

Otro tipo de leucemia, la promielocítica aguda, ya se combate con un tratamiento similar, basado en un pariente de la vitamina A, el ácido retinoico, combinado con quimioterapia. El ácido retinoico ayuda a convertir las células tumorales en granulocitos, otros glóbulos blancos especializados en la lucha contra las infecciones bacterianas.

En el caso de Stanford, los macrófagos actúan “como perros sabuesos a los que su dueño da a oler un objeto de la persona a la que quiere buscar”, según un comunicado de la universidad. Los macrófagos normales presentan en su superficie restos de células dañinas digeridas para que otros glóbulos blancos las ataquen. En el caso de los macrófagos procedentes de células cancerosas, conservarían un tufo químico que delataría su pasado y facilitaría la respuesta de las defensas del organismo contra el tumor, según creen los autores de Stanford.

El biólogo molecular Juan Cruz Cigudosa, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, en Madrid, es cauto con los nuevos resultados. “El estudio es interesante, pero bastante preliminar”, afirma. En su opinión, faltan más estudios con ratones que demuestren que el método curaría la leucemia linfoblástica de células B precursoras sin necesidad de combinarlo con quimioterapia, como sí requiere el tratamiento contra la leucemia promielocítica aguda. Para Thomas Graf, sin embargo, estos estudios extra no serían necesarios: “Ya han demostrado que las células transformadas no inducen leucemia”, sostiene. Solo faltaría el fármaco y comprobar que funciona en pacientes humanos.

miércoles, 11 de marzo de 2015

ACTUALIDAD SOBRE EL CÁNCER INFANTIL (Reconocimiento por aseguradora fallecimiento Javier Velasco por ensayo clínico)

Siempre hablamos de investigación del cáncer infantil y otras enfermedades raras que sufren nuestros pequeños y para eso estamos luchando en esta Asociación y en otras muchas como la nuestra, para una cura de estas enfermedades.

Siempre hemos leído noticias positivas sobre los ensayos clínicos (cosa que nos alegramos infinitamente!!!) pero hoy quiero hacerme eco del post de una familia que ha perdido a su pequeño ángel a consecuencia de un ensayo clínico ya que estas cosas nunca se leen, porque generalmente cuando fallece algún pequeño siempre es por alguna otra causa como, por ejemplo, una parada cardiorespiratoria (pero lo siguiente es la pregunta de... ¿a consecuencia de que un niño de 7 años, por ejemplo, sufre esa parada cardiorespiratoria? ahí queda esa pregunta para los médicos).

"La familia de Javier Velasco Rodríguez expone: Que la compañía que cubría la responsabilidad del ensayo clínico ha reconocido que la muerte de Javier se debió a las complicaciones derivadas de la enfermedad de injerto contra huésped y la toxicidad de los tratamientos recibidos en el ensayo clínico " Trasplante Haploidentico e infusión de células NK estimuladas con IL-15 en pacientes con tumores sólidos refractarios: protocolo HNJ-NK-01/2009. Y dice que cuando Javier fue sometido a este ensayo no tenía actividad metabólica de su enfermedad. Quedando así demostrado que Javier falleció a consecuencia del ensayo."


Un abrazo enorme para estos papás y para todos los que han perdido a sus pequeños!!

SOIS GRANDES PEQUEÑOS ANGELES!!! MILLONES DE BESOS AL CIELO!!!

lunes, 2 de marzo de 2015

ACTUALIDAD SOBRE EL CANCER INFANTIL (Pequeños superhéroes que luchan contra el cáncer)

Pequeños superhéroes que luchan contra el cáncer (Virginia Lopez Enano - El País) 12.02.2015

Cuando era apenas un bebé de ocho meses Alejando enfermó. Por los síntomas que presentaba todo apuntaba a que podía tratarse de una gripe. Pero pasaba el tiempo, el niño no mejoraba y a Cristina García, su madre, no le convencían las explicaciones médicas. "Yo sabía que no era normal en mi hijo", explica la mujer. Finalmente a Alejandro le diagnosticaron leucemia, el tipo de tumor más frecuente en niños. Ahora tiene 11 años y tras toda una vida de lucha ha conseguido vencer la enfermedad.

"Si nuestros médicos de cabecera conocen mejor los signos de alerta del cáncer infantil podrán detectar más rápidamente los casos de riesgo", alerta el joven con una entereza que sorprende y unas palabras no muy propias de alguien de su edad. "Así, gracias a una cosa que llaman protocolo, nuestro pediatra sabrá si un niño necesita ir al hospital a hacerse pruebas especiales", concluye Alejandro.

La detección temprana del cáncer en niños y adolescentes es vital para superar la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes, alertan los expertos. Las principales entidades sociales y pediátricas del cáncer infantil han presentado este jueves, la semana en la que se celebra el día internacional de esta patología en menores, una guía de atención temprana que ya está en manos de más de 800 pediatras de atención primaria. "La detección temprana es la mejor medicina", ha asegurado la presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap), Begoña Domínguez.

El cáncer infantil es una enfermedad muy rara, en España hay cerca de 1.500 casos, y el porcentaje de supervivencia es mayor que en los adultos. El 78% de los menores afectados consiguen sobrevivir, frente al poco más del 50% en los adultos, según los datos aportados por el presidente de la Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátrica (Sehop), Tomás Acha.

Sin embargo, los tratamientos no avanzan mucho en este ámbito ya que al ser una enfermedad rara hay menos interés para la investigación y los ensayos clínicos son más complicados por las características biológicas de los niños, explican los expertos.

En muchos casos el cáncer infantil se puede manifestar con los mismos síntomas que otras patologías menos graves (fiebre, dolor de cabeza...), lo que puede retrasar la aplicación del tratamiento adecuado. Por eso es importante, han señalado los representantes, referir rápidamente a los menores con sospecha de cáncer a unidades especializadas de oncología pediátrica. En algunos casos esta enfermedad es más agresiva en los niños que en los adultos, pero también el porcentaje de éxito es mayor. "Son pocos los afectados pero les podemos ayudar mucho", asegura Acha.

Alejandro es un ejemplo de lucha para ganar la batalla al cáncer y ahora, desde su corta experiencia, manda un mensaje para concienciar a los "mayores" sobre la importancia de la detección precoz de los síntomas del cáncer. "Es una gran medicina, una medicina que tiene de ingredientes los poderes de los médicos, de las enfermeras y de los papás. Y también los nuestros", ha asegurado el niño, que de mayor quiere ser futbolista. "Con nuestros superpoderes queremos llamaros a todos a actuar contra el cáncer infantil y adolescente", ha concluido su discurso el pequeño luchador.

ACTUALIDAD SOBRE EL CANCER INFANTIL (La poca atención de las instituciones y farmacéuticas por el cáncer infantil frena su...)

La poca atención de las instituciones y farmacéuticas por el cáncer infantil frena su... (Efe - Antena 3) 15.02.2015

El cáncer infantil es considerado, por su prevalencia, una enfermedad rara, lo que le convierte en una enfermedad con poco desarrollo en la investigación y con poca atención por parte de las instituciones y la industria farmacéutica que, según los expertos, podrían aumentar el presupuesto en investigación.

Nadando contra esta corriente, en España existe una Unidad de Investigación Clínica para Ensayos Clínicos Pediátricos en Onco-Hematología, puesta en marcha por el CNIO y el Hospital Niño Jesús, que avanza con optimismo en la búsqueda de nuevos tratamientos.
br /> La unidad, que trabaja en fomentar la producción e introducción en el ámbito clínico de nuevas terapias contra el cáncer infantil, está coordinada por el doctor Lucas Moreno, quien con motivo del Día Internacional del Cáncer Infantil explica la situación de la en la que sen encuentran estos pacientes.

"Por cada 200 casos de cáncer en adultos uno es pediátrico, la supervivencia global está por encima de 80%. Aun así dentro de los niños es la primera causa de muerte en niños por enfermedad", señala, aunque todavía el índice de supervivencia de los neuroblastomas o sarcomas en estadios avanzados y algunos tipos de tumores cerebrales o leucemias es inferior al 40%.

Gracias a los esfuerzos internacionales y al trabajo global de todos los oncólogos en los últimos 40 años se ha conseguido un gran avance, aunque no puede igualarse al conseguido en el cáncer de adulto. Lamentablemente, todavía queda un 20 o 25% de niños que no se curan y "muchos de los que se curan tienen secuelas importantes", advierte.

Cada pediatra de atención primaria verá en su consulta a un niño con cáncer cada cuatro años, una enfermedad "extraordinariamente rara" que afecta a 13 de cada 100.000 niños en España y cuya tasa de supervivencia es del 78%, cifra que puede mejorar gracias a la detección temprana.

Las principales entidades pediátricas han editado una guía que recoge las claves del diagnóstico precoz del cáncer infantil y juvenil, con la seguridad de que una atención temprana determina el pronóstico de la enfermedad.

Cada año se diagnostican en España 1.500 nuevos casos de cáncer en niños y adolescentes y, precisamente debido a que ésta es una enfermedad tan rara en estas franjas de edad y se presenta con una sintomatología inespecífica -que se puede confundir con enfermedades tan frecuentes como la gripe- resulta fundamental el trabajo de los pediatras de atención primaria.

ACTUALIDAD SOBRE CANCER INFANTIL (Cáncer infantil)


A continuación copio un artículo que he encontrado en internet sobre el cáncer infantil y me parece muy interesante.


Cáncer infantil (Revisado por: Robin E. Miller, MD) Fecha de revisión: septiembre de 2010

Todas y cada una de las células de nuestro cuerpo están rigurosamente controladas en lo que se refiere al crecimiento, la interacción con otras células e, incluso, su ciclo vital. El cáncer ocurre cuando un tipo de células ha perdido estos mecanismos normales de control y crece de una forma que el cuerpo no puede controlar.

Los distintos tipos de cáncer tienen signos, síntomas, tratamientos y pronósticos diferentes, en función del tipo de células afectadas y del grado de crecimiento celular incontrolado.

Sobre el cáncer

Todos los tipos de cáncer, incluyendo los que se dan en la infancia, tienen un proceso patológico común: las células cancerosas crecen de forma descontrolada, adquieren tamaños y morfologías anómalos, ignoran sus límites habituales en el interior del cuerpo, destruyen células vecinas y, al final, se acaban extendiendo a otros órganos y tejidos (lo que se conoce como metástasis).

Conforme las células cancerosas van creciendo, consumen cada vez más nutrientes del cuerpo. El cáncer consume la energía del niño que lo padece, destruye órganos y/o huesos y debilita las defensas del organismo contra otras enfermedades.

En EE.UU., el cáncer solo afecta a 14 de cada 100.000 niños cada año. Considerando todos los grupos de edad, los cánceres más frecuentes en la infancia son la leucemia, el linfoma y el cáncer cerebral. A partir de los diez años, también hay una mayor incidencia de osteosarcoma (cáncer de huesos).

Cada tipo de cáncer afecta a distintas partes del cuerpo, y sus tratamientos y tasas de curación también son diferentes.

Por lo general, los factores que desencadenan el cáncer en los niños no suelen coincidir con los que lo desencadenan en los adultos, como el hábito de fumar o la exposición a toxinas medioambientales. En contadas ocasiones, los niños que padecen determinadas afecciones de origen genético, como el síndrome de Down, tienen un riesgo incrementado de desarrollar cáncer. Asimismo, los niños que se han sometido a quimioterapia o radioterapia a raíz de un cáncer previo también tienen un riesgo incrementado de presentar otro cáncer en el futuro.

De todos modos, en la mayoría de los casos, los cánceres infantiles se desarrollan a raíz de mutaciones (o cambios) no heredadas en los genes de unas células que todavía están en proceso de crecimiento. Puesto que estos errores ocurren al azar o de forma impredecible, no hay ninguna forma eficaz de prevenirlos.

Es posible que un pediatra detecte algunos de los primeros síntomas del cáncer en la revisión médica periódica de un paciente. De todos modos, algunos de estos síntomas (como fiebre, ganglios linfáticos inflamados, infecciones frecuentes, anemia o moretones) también son propios de infecciones a otras afecciones que son mucho más frecuentes que el cáncer. Por este motivo, es lógico que tanto los pediatras como los padres sospechen otras enfermedades propias de la infancia cuando aparecen los primeros síntomas de cáncer.

Una vez diagnosticado el cáncer, es importante que los padres busquen ayuda para su hijo en un centro médico especializado en oncología pediátrica (tratamiento de cáncer infantil). Tratamiento del cáncer

El tratamiento del cáncer en los niños puede incluir la quimioterapia (el uso de medicamentos para matar a las células cancerosas), la radioterapia (el uso de radiaciones para matar a las células cancerosas) y la cirugía (para extirpar las células cancerosas o tumores). El programa de tratamiento necesario en cada caso dependerá del tipo de cáncer, así como de su agresividad, lo extendido que esté y la edad del niño.

Cirugía

En los niños con leucemia o linfoma, la cirugía generalmente desempeña un papel muy poco importante. Esto obedece a que la leucemia y el linfoma son cánceres que afectan a la sangre y al sistema linfático, que están ampliamente distribuidos por todo el cuerpo, lo que dificulta tratarlos extirpando un área específica.

Sin embargo, en aquellos niños que tienen tumores sólidos y aislados, que afectan a zonas reducidas de la anatomía y no se han extendido a otras partes del cuerpo, la cirugía suele ser un arma eficaz para combatir el cáncer cuando se combina con quimioterapia y/o radioterapia.

Quimioterapia

La quimioterapia es una medicación que se utiliza como herramienta para eliminar las células cancerosas del cuerpo. A los niños con cáncer se les puede administrar la quimioterapia por vía intravenosa (a través de una vena) u oral (por boca). Algunas formas de quimioterapia se pueden administrar por vía intratecal, a través del líquido cefalorraquídeo. Los medicamentos entran en el torrente sanguíneo y matan a las células cancerosas en todas las partes del cuerpo.

La duración de la quimioterapia y el tipo y cantidad de fármacos utilizados dependen del tipo de cáncer que padezca el niño y de su respuesta a la medicación. El tratamiento es diferente para cada paciente, de modo que un niño puede someterse a quimioterapia diaria, semanal o mensualmente. También es posible que el pediatra recomiende hacer varios ciclos de tratamiento, para que el cuerpo del niño pueda descansar y recuperarse entre ciclos consecutivos.

Todos los medicamentos que se utilizan en quimioterapia conllevan el riesgo de padecer problemas a corto y largo plazo. Los efectos a corto plazo incluyen náuseas, vómitos, caída del cabello, fatiga, anemia, sangrado anormal y mayor riesgo de infección debido a la destrucción de la médula ósea, así como lesiones renales e irregularidades menstruales. Algunos de los medicamentos que se utilizan en quimioterapia también se asocian a riesgo de inflamación de la vejiga, hematuria (sangre en la orina), pérdidas auditivas y lesiones hepáticas. Otros pueden provocar problemas cardíacos y cutáneos. Los efectos colaterales a largo plazo incluyen infertilidad, problemas de crecimiento, lesiones en órganos e incremento del riesgo de padecer otros cánceres.

El pediatra de su hijo adoptará precauciones y le recetará otros medicamentos para contrarrestar la máxima cantidad posible de efectos secundarios de la quimioterapia.

Trasplante de médula ósea

Los niños con determinados tipos de cáncer pueden ser candidatos a someterse a un transplante de médula ósea. La médula ósea es un tejido esponjoso que hay en el interior de ciertos huesos del cuerpo y que desempeña la función de producir glóbulos sanguíneos. Si un niño padece un tipo de cáncer que influye sobre la función de los glóbulos sanguíneos, un transplante de médula ósea (junto con la quimioterapia para matar a las células cancerosas) puede favorecer el crecimiento de nuevas células sanas. El transplante de médula ósea a veces también se utiliza para tratar cánceres que no afectan a los glóbulos sanguíneos, ya que permite que los médicos utilicen dosis de quimioterapia más elevadas que las que habría tolerado el paciente si no hubiera recibido el trasplante.

Radioterapia

La radioterapia es uno de los tratamientos más habituales del cáncer. Cuando un niño se somete a radioterapia, se irradia con un haz de ondas o partículas muy potentes que destruyen o dañan las células cancerosas. Muchos tipos de cáncer infantil se tratan con radioterapia, en conjunción con quimioterapia y/o cirugía.

La radioterapia tiene muchos efectos secundarios potenciales (como un riesgo incrementado de malignidad y esterilidad en el futuro), que usted debería comentar con el pediatra de su hijo.

La principal meta del tratamiento del cáncer infantil es la curación; esta es la prioridad absoluta sobre cualquier otro aspecto del cuidado del paciente. De todos modos, hay muchos medicamentos y terapias que pueden ayudar a hacer más soportable el tratamiento del cáncer.

Afrontar el cáncer

Siempre que sea posible, los niños mayores que padecen cáncer deberían participar activamente en su propio tratamiento. Se les debería proporcionar información sobre su tipo concreto de cáncer y sus efectos, utilizando un lenguaje adaptado a su edad y nivel de comprensión. No obstante, cuando el cáncer afecta a niños pequeños (menores de 4 años) suele bastar con explicarles que están "enfermos" y necesitan "medicinas" para mejorar. En todos los grupos de edad, la meta consiste en evitar el miedo y las confusiones.

Muchos niños pueden culpabilizarse, como si el hecho de padecer cáncer fuera, en cierto modo, por su culpa. Psicólogos, trabajadores sociales y otros miembros del equipo de oncología pueden ser de gran ayuda para tranquilizarlos, apoyarlos y ayudarles a expresar y a afrontar sus sentimientos.

El equipo de oncología puede orientar a los pacientes y a sus familiares, ayudándoles a soportar el sufrimiento y a afrontar tanto la incertidumbre como los cambios impuestos por el cáncer y su tratamiento. Si es necesario, este equipo también puede contactar o visitar el centro de enseñanza del niño para explicar el diagnóstico a sus profesores y/o compañeros de clase. Sustituir el miedo, la ignorancia y la confusión por empatía, comprensión e información es una meta fundamental en el proceso de ayudar a un niño con cáncer a afrontar la enfermedad.

El diagnóstico y tratamiento del cáncer infantil es un proceso largo que se asocia a efectos secundarios, tanto a corto como a largo plazo. Pero, gracias a los avances médicos, cada vez hay más niños con cáncer que completan el tratamiento con éxito y que pueden abandonar el medio hospitalario y crecer como cualquier otro niño. En la actualidad, hasta el 70% de todos los niños con cáncer se pueden curar.

ACTUALIDAD SOBRE EL CÁNCER INFANTIL (La unidad de ensayos clínicos para niños con cáncer triplica su actividad en dos años)



NOTICIA SOBRE ENSAYOS CLINICOS SACADA DE NOTICIASDELACIENCIA.COM


La unidad de ensayos clínicos para niños con cáncer triplica su actividad en dos años. (SINC. 01/03/2015)



Según los últimos datos del Registro Nacional de Tumores, en España, en general, y gracias a diferentes modalidades de tratamientos, el 78% de los pacientes con cáncer infantil se cura. Sin embargo, sigue siendo un número elevado el de los pacientes que fallecen. El índice de supervivencia de los pacientes con neuroblastomas o sarcomas en estadios avanzados y algunos tipos de tumores cerebrales o leucemias es inferior al 40%.

Para investigar los casos menos frecuentes, el Hospital Universitario Niño Jesús y el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) crearon hace dos años la Unidad de Investigación Clínica para Ensayos Clínicos Pediátricos CNIO-HNJS. Coordinada por el doctor Lucas Moreno, facilita el acceso a más alternativas terapéuticas dentro de un ensayo clínico, sin necesidad de realizar un desplazamiento por parte de las familias fuera de España.

“Hace dos años no teníamos un ensayo clínico para las leucemias que recaían, ni para los neuroblastomas, ni para muchos tipos de sarcomas, y ahora es un camino en el que estamos mejorando. Siempre queremos tener una cartera de ensayos clínicos que cubran los máximos cánceres posibles pero es un camino en el que hemos avanzado mucho”, ha indicado Moreno.

Durante la II Jornada Hospitalaria sobre Medicina Translacional y Ensayos Clínicos, celebrada el pasado 24 de febrero en el Hospital Niño Jesús, Moreno presentó los resultados obtenidos desde el inicio de actividad de la Unidad. En dos años de vida, han pasado de 9 a 25 ensayos clínicos abiertos, ampliando la posibilidad de acceder a tratamientos experimentales para la mayoría de los cánceres infantiles.

“También hemos conseguido que los medicamentos que van llegando puedan probarse lo antes posible en los niños. Antes, cuando los medicamentos se empezaban a probar en adultos, tardaban más de diez años en llegar a probarse en niños. Ahora, esos ensayos clínicos se hacen antes y, además a gracias a unidades como esta y a otras en Europa, esos ensayos están llegando a España”, ha anunciado Moreno.

Dentro de la unidad, entre los principales cánceres en pediatría, hay ensayos específicos para la leucemia linfoblástica, mieloblástica y el neuroblastoma. Además, hay ensayos genéricos a los que pueden acceder pacientes con cualquier tipo de tumor sólido –exceptuando los cerebrales– y otros para pacientes con determinadas mutaciones genéticas, con independencia de la patología que padezcan.

En un último grupo se encuentran otros tratamientos experimentales para cánceres menos frecuentes, como la leucemia mieloide crónica, LHH (Linfohistiocitosis hemofagocítica), o muy raros, como el tumor de GIST, entre otros.

Durante el año 2015 se espera poder ampliar esta cartera de ensayos iniciando otros cinco nuevos ensayos clínicos, dedicados especialmente al osteosarcoma, al sarcoma de Ewing y a los tumores cerebrales.

La apertura y consolidación de las relaciones con las entidades científicas europeas que coordinan la investigación en el cáncer infantil ha sido clave en este crecimiento. “El trabajo realizado, al ser uno de los hospitales que más pacientes ha reclutado para varios ensayos a nivel internacional, y la colaboración mostrada para promocionar la apertura de nuevos trabajos, ha convertido a la unidad en referencia también a la hora de consultar el diseño y las estrategias de próximos proyectos internacionales”, ha señalado Luis Madero, jefe del Servicio de Oncohematología del Hospital Infantil Niño Jesús y Presidente de la Fundación de la Asociación Española de Pediatría (AEP), durante la jornada.

En dos años de vida, la unidad ha dado acceso a nuevos tratamientos a niños y adolescentes con cánceres avanzados en todo el territorio español. Además, se han abierto cuatro ensayos Fase I first-in-child (que se realizan por primera vez en pacientes pedátricos) y tienen previsto abrir cinco ensayos más en 2015.

Por eso, uno de los objetivos de la unidad para los próximos tres años es ampliar y consolidar la Unidad de Ensayos Clínicos Pediátricos Fase I/II con más ensayos first-in-child, y lograr una variedad que permita tratar a la mayoría de los niños y adolescentes con cánceres refractarios y de alto riesgo, así como ofrecer acceso a nuevos fármacos y terapias a los pacientes de todo el territorio nacional.

Según el doctor Moreno, “se prestará una atención especial en aumentar los ensayos clínicos académicos donde se incorporen la biología tumoral y la medicina personalizada en oncología pedátrica”.

De esta forma, la investigación de onco-hematología pediátrica sí podrá seguir la línea de adultos en cuanto a la aplicación de la medicina personalizada, “con menos toxicidad, mayor precisión a la hora de adaptar los tratamientos de forma individualizada y con tratamientos desarrollados teniendo en cuenta la biología del tumor, el funcionamiento del sistema inmunológico y otros nuevos factores determinantes en la aparición y reacción de las células cancerígenas”.

“Ante tantos objetivos ambiciosos y complejos –añade Madero– es necesario unirse a la estrategias europeas e internacionales, y fomentar la colaboración entre todos los agentes de diferentes sectores que en España trabajan para reforzar el desarrollo de nuevos avances en la investigación del cáncer infantil”.

Según la base de datos del Registro Español de Tumores Infantiles (RNTI-SEHOP), se produce un nuevo caso de cáncer por cada 7.000 niños menores de 15 años y 1.000 nuevos casos de cáncer al año en niños de entre 0 y 14 años. Es la primera causa de muerte infantil por enfermedad en los países desarrollados tras el primer año de vida, y ocasiona el 25% de las muertes en niños de entre 1 y 14 años y el 12-14% de las muertes de adolescentes de entre 15 y 19 años.

A pesar de que en 1990, uno de cada mil adultos jóvenes sobrevivían al cáncer infantil y que ahora son uno de cada 600 los que sobreviven, los investigadores coinciden en que se necesitan nuevos fármacos para combatirlo.

Esta supervivencia se debe, según los doctores, a los ensayos colaborativos internacionales. Sin embargo, los supervivientes siguen padeciendo muchas toxicidades a largo plazo, y hay una necesidad urgente de introducir tratamientos moleculares en la primera línea de tratamiento.

Los científicos defienden que la investigación pediátrica es más necesaria que nunca porque “más del 20% de la población europea tiene menos de 18 años". Según los expertos, "no deben ser considerados adultos pequeños; lo que funciona para los adultos puede no funcionar para los niños". Además, es necesario un cambio en la visión ética: “Los niños deben ser protegidos a través de los ensayos clínicos, no de ellos”, ha explicado Ana Herradón, responsable del Grupo de Monitorización de Ensayos Clínicos de Brystol-Myers Squibb, que acudió al acto de presentación.

Según Herradón, los retos en investigación pediátrica pasan por dos grandes dificultades: la heterogeneidad de la población pediátrica –hay tanto neonatos como bebés, niños y adolescentes– y el diseño del protocolo.

En este último, se tienen que tener en cuenta aspectos como las consideraciones éticas de riesgo-beneficio, que sea válido científicamente a la vez que poco complejo, que las pruebas se minimicen al máximo –y que sean no invasivas–, que se establezca un acuerdo en cuanto a las cantidades de muestras de sangre y se decida sobre la elección del uso del placebo.

Herradón considera que los ensayos pediátricos necesitan de la colaboración por parte de centros, industria, asociaciones, padres y pacientes para poder ser llevados a cabo con éxito.

“Una de las cosas más importantes para nosotros es estar con los padres de los pacientes y uno de esos ejemplos son jornadas como estas”, ha indicado Moreno. “Los padres quieren tener la oportunidad de poder participar en más ensayos clínicos; que no tengan que irse fuera. Nosotros trabajamos con las familias para poder dar un mejor acceso a esos ensayos” ha concluido.